Esta delicada cruz floral, elaborada con rosas blancas, gerberas y crisantemos, está diseñada para transmitir serenidad, pureza y un homenaje lleno de respeto. Los tonos blancos predominantes simbolizan paz y consuelo, mientras que el follaje verde añade un toque de frescura y naturalidad.
 
Ideal para ceremonias conmemorativas y momentos de reflexión, esta cruz es un gesto significativo para honrar la memoria de un ser querido. Cada flor ha sido seleccionada cuidadosamente para garantizar frescura y calidad, convirtiendo este arreglo en un símbolo de amor eterno.